sábado, 17 de diciembre de 2011

Soledad

Nunca había comprendido a este ese momento cuanto dolía podía entrar en su pecho, no existía consuelo alguno, pañuelos suficientes que secaran sus lagrimas, ni canciones suficientemente triste que pudieran expresar lo que sentía verdaderamente. No le alcanzaba llorar noches tras noche hasta dormirse. No era suficiente, sabia que lo merecía y no se arrepentía de todo lo que sufría, por lo menos significaba que todavía era capaz de sentir algo, no podía ser peor que no sentir nada. Ademas quería decir que seguía viva por dentro a pesar de que sintiera todo lo contrario,  a pesar de que sus ojos expresaran solo tristeza, y la necesidad de alguien la escuchara o la abrazara mas bien porque no podía hablar, pero nadie lo notaba. Porque nadie veía cuanto sufría, como se le llenaban los ojos de lagrimas a cada palabra, ellos simplemente querían verla reír y no entendían que ella podía no ser feliz y lo hacían sin ninguna maldad, se lo aseguro. Pero en fin ella solo necesitaba tiempo, lo que menos quería en esta vida y lo que mas rápido  o lento (quien sabe) pasaba, realmente no tenia noción de ello . . .

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