lunes, 18 de noviembre de 2013

La vida según nosotros

La vida es impredecible. Así como el vuelo de los pajaritos, como las olas en el mar y las hojas de los arboles que caen para ser libre en el vuelo que se dejan llevar por la misma  brisa que acaricia nuestra piel al pasar. Impredecible como adivinar lo que imagina otra persona y como saber cuales son sus sentimientos para con la vida antes de que los exprese con palabras. Impredecible.
Puede ser que cada vez que te levantes tenga un motivo para sonreír, que las oportunidades se presenten  cada vez que salga el sol, que pases tus días rodeada de la gente que mas te quiere. Y sin embargo no lo vas a valorar. Así como un día de sol que no disfrutamos, o para los que prefieran un día de lluvia. Y al otro día te levantes y el día esta espantoso según tu gusto descrito en la oración anterior. Y en es instante nos lamentamos por no aprovechar el día anterior. ¿Qué sentido tiene? ¿Porqué seremos tan egoístas que no disfrutamos lo que día a día la vida nos enseña? Después nos quejamos pero es claro que ningún día va a ser igual a otro simplemente el pasado no vuelve, así que deberíamos aprender a valorar el presente para disfrutar del futuro. ¿Porqué no llamar a esa persona que tanto extrañamos? ¿Porqué no agradecer cada gesto tierno y desinteresado que seguro recibimos a diario? ¡O hacer algo nosotros para demostrar afecto!
A fin de cuentas es lo único que importa, y es lo único que podemos predecir y/o cambiar según nos parezca. Me refiero a que debemos aprender a escribir nuestro destino por que es posible y aun no es tarde, Se puede llegar a ser tan felices como deseemos si es lo que en realidad queremos.

martes, 12 de noviembre de 2013

Mi ángel negro

La suave brisa recorría mi piel y no me molestaba en absoluto. La noche era serena y eterna. El insomnio me aferraba con sus garras desde mucho tiempo. Me encontraba presa en un  laberinto de pensamientos sin el final que esperaba. Albergaba encontrar alguna respuesta a la lluvia de inquietudes. Sin embargo parecía ser imposible de lograr.
Necesitaría dormir alguna vez, como lo hace la gente común y corriente. Al parecer yo no pertenecía a ese grupo mundano, a menudo me sentía diferente a ellos y me preguntaba si algo iba mal en mi. Quizás me había perdido alguna charla importante antes de nacer para encajar en esta sociedad. De ser así estaba agradecida de que allá sucedido así, pues demasiada maldad y falsedad recorrían estas calles.
No entendí como sucedió pero supuse que en algún momento  me habría levantado a fumar y ahora me encontraba caminando, sintiéndome libre como el sol que iluminaba este paisaje. Se supone que lo estaba haciendo con algún fin en particular ya que aun me negaba a creer que mi familia o lo que quedaba de ella me tuviera que encerrar por sufrir algún trastorno mental sin solución. Y ademas era muy natural encontrarme haciendo algo sin recordar los pasos anteriores. Podía ser parte de mi personalidad o algo que se incorporo como un plus después de pasar horas aprendiendo a ignorar y olvidar los momentos difíciles que me habían tocado vivir.
Ignoraba la hora y no me importaba era mejor no tener noción del tiempo. A decir verdad ignoraba hasta donde me encontraba, seguramente en cualquier momento llegaría a mi objetivo. La música me acompañaba como siempre con la intención de evitar los sonidos de una ciudad llena de gente rutinaria. Levantando la vista para mirar distraídamente me encontré con el ángel negro. Quise decir algo. Quise pensar algo. Quise descifrar su expresión. Quise tantas cosas. Trate de diferenciar la realidad de la imaginación. ¿El había venido por mi? La gente que caminaba aceleradamente por nuestro lado no parecía y mucho menos nuestro rostros con expresión indescifrable. ¿Nos veían? ¿En que momento se me había escapado la vida llegando a estos extremos? Cerré los ojos con el deseo de entender. Millones de recuerdos me asaltaron en ese instantes y los abrí rápidamente para escapar de ellos y mi ángel negro seguía de pie frente a mi observándome. Esperando.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Si quieres...


Si quieres bailamos o nos besamos,
te miro o nos miramos,
nos abrazamos o nada.
Si quieres me voy y no regreso,
nos olvidamos, nos dejamos
y ya.

martes, 5 de noviembre de 2013

Solo Pienso

Las lagrimas brotaron de repente de mis ojos como cataratas. Era ilógico pensar en la persona que te rompió el corazón. Revolver el pasado y recordar lo feliz que eras sin poder siquiera sonreír, ante esas puñaladas totalmente consciente.
Entender el dolor detrás de unos ojos que simulaban alegría. Sentir cada expresión de vacío y desolación como propias. ¿Cómo podía ser tan patética siguiendo una sociedad que nos incentiva a auto destruirnos con la absurda tendencia a ser masoquistas?
Debería existir alguna forma de salir del camino y lograr motivarnos a diseñar nuestros propios sueños con el objetivo de comprender, aceptar y entender que la felicidad debería depender exclusivamente de nosotros. ¿En qué momento había caído en ese circulo vicioso?
La vida real era la que me despertaba día a día para que cumpliera mis obligaciones y de ella había que sacar la mayor ventaja posible. No era un cuento donde existen las hadas, los duendes o los unicornios. Sin embargo por el simple ( y triste tal vez) hecho de existir debía ser suficiente para nosotros para no seguir reglas y cumplir sueños. Y si alguien tiene la fortuna de conseguir el verdadero amor, no el despiado al que estamos acostumbrados, dejarle nuestros mayores deseo de felicidad infinita y seguir nuestro camino. No quedarse mirando, ya que ese es el problema. Es contagioso y hace que lo deseemos ignorando la posibilidad de que no lo necesitamos, y a continuación la historia comienza de nuevo.